Hay días que tenemos el estómago un poco más sensible y para intentar calmarlo preparamos una manzanilla, a veces reconocemos el problema perfectamente y tomamos un antiácido, en otras ocasiones optamos por hacer dieta blanca durante unos días… Qué delicado es el estómago, ¿verdad? Pero bueno… sabiendo que no siempre le funciona lo mismo y que tiene unas necesidades específicas en algunos momentos, todo arreglado, ¿a que sí?
Pues con la piel pasa lo mismo. Al igual que el estómago, la piel es un órgano, de hecho, el más grande que tenemos y como tal, no siempre necesita lo mismo, no siempre está falta de agua, no siempre tiene exceso de cebo… Pero siendo honesta, no es viable tener una rutina pensada para cada momento, ¿se imaginan? Una crema de día para cuando tengo la piel muy grasa, otra para cuando la siento más deshidratada, otra para cuando la tengo tirante, otra para cuando está un poco más reactiva de lo normal, otra para cuando consigo tenerla equilibrada… y así con el sérum, con la crema de noche….
Hasta no hace mucho, yo creía que debía tener un almacén de cosmética en casa para tener la piel controlada, hasta que Olga me dijo: “No, mi ciela”. Fue entonces cuando descubrí y comprendí que es mucho más coherente, sencillo, práctico y económico contar con una serie de productos, muchos menos de lo que creemos, con los que ir adaptando tu rutina a las necesidades de la piel. Solo se trata de encontrar la combinación de productos con la que luego ir jugando.
En mi caso, mi combinación ganadora para una piel grasa es:
Rainforest Rescue Blemish Serum de Evolve
Balancing Facial Serum de Terre Verdi.
Son texturas completamente diferentes, el primero de ellos tiene una composición a base de agua y el segundo a base de aceite, por lo que tengo cubiertas la hidratación la nutrición, ahora solo es cuestión de aplicar las cantidades que mi piel necesita y el modo de hacerlo.
Utilizo esta rutina de dos maneras:
- Sobre la palma de la mano hago una mezcla de los dos productos: un pump del sérum de Evolve y tres gotitas del aceite de Terre Verdi, lo trabajo con las manos y lo aplico sobre el rostro. Cuando lo aplico de noche, en vez de tres gotas de aceite pongo cuatro.
- Los aplico por separado. En primer lugar pongo el sérum con base de agua porque estas texturas se absorben en cuestión de segundos, que en este caso es el de Evolve, y cuando ya está completamente asentado, aplico diez gotas del sérum en aceite (Terre Verdi) a toquecitos sobre todo el rostro. Esto solo lo hago cuando siento que la piel necesita un extra de mimos y únicamente por la noche.
Mi piel ha dado un gran cambio desde que estoy utilizando este sistema, siento que en cada momento le doy a la piel lo que necesita. El número de gotas de aceite lo puedes ir variando, por ejemplo si te vas a poner base de maquillaje justamente después de aplicarlo en vez de tres gotitas de aceite pon dos o incluso una, ya podrás “compensar” por la noche poniendo alguna gotita más por la noche si crees que tu piel lo reclama. Otra opción es que, después de hacer “Tu mezcla mágica”, puedas aplicar el aceite directamente sobre alguna zona muy concreta que lo necesite.
A continuación, te dejo por aquí otras posibles combinaciones para una rutina personalizada:
¿Y saben lo mejor de todo? Que en FourCosmetics contamos con Olga, una sabia de la cosmética (ya ha salvado mi piel en más de una ocasión) y la piel en general, que puede asesorarte para dar con tu combinación ganadora.
Les mando un beso por cada vez que he escrito “piel” en este post. ¿Cuántos serán?